Los académicos de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica que participan en el proyecto recurrirán a su experiencia para investigar la forma de hacer que los módulos integrados por muchos LEDs agrupados en un espacio muy reducido puedan funcionar de manera segura y eficaz.
Los sistemas de iluminación por LEDs tienen el potencial de reducir el consumo de energía entre un 25 y un 50 por ciento, dependiendo de la aplicación.
La tecnología de los LEDs conquistó el sector de los displays de aparatos electrónicos a partir de los años setenta, pero ahora estamos al inicio de una nueva revolución, con cada vez más LEDs siendo usados en semáforos y en luces de automóviles.
Mientras el vapor de sodio de alta presión, de uso común en el alumbrado público de gran parte de Europa, brinda una eficiencia de 85 lumens por vatio, la tecnología LED va camino de superar los 150 lumens por vatio y esta última cifra se está incrementando a medida que se progresa en el desarrollo de semiconductores. Por otra parte, el mercurio utilizado en sistemas más antiguos de alumbrado implica peligros medioambientales.
Al mismo tiempo que se disminuye el consumo de energía y los costos generales de operación, la iluminación por LEDs en las calles tiene el potencial, según los investigadores, de reducir la contaminación lumínica hasta el punto de que el resplandor que emana de las grandes ciudades propagándose hasta vastas distancias, será cosa del pasado. Los científicos también estudian dotar a la iluminación callejera por LEDs de medios por los cuales pueda ser controlada y disminuida cuando se considere necesario.
Gracias a su mayor longevidad, los LEDs de farolas y semáforos necesitarán ser reemplazados con menos frecuencia, lo que potencialmente disminuirá los problemas de tráfico y las facturas de las entidades públicas locales.
La longevidad del módulo de LEDs propuesto supera las 50.000 horas si se utiliza para el alumbrado callejero, aproximadamente 4 veces más que la iluminación pública convencional.
Los sistemas de iluminación por LEDs tienen el potencial de reducir el consumo de energía entre un 25 y un 50 por ciento, dependiendo de la aplicación.
La tecnología de los LEDs conquistó el sector de los displays de aparatos electrónicos a partir de los años setenta, pero ahora estamos al inicio de una nueva revolución, con cada vez más LEDs siendo usados en semáforos y en luces de automóviles.
Mientras el vapor de sodio de alta presión, de uso común en el alumbrado público de gran parte de Europa, brinda una eficiencia de 85 lumens por vatio, la tecnología LED va camino de superar los 150 lumens por vatio y esta última cifra se está incrementando a medida que se progresa en el desarrollo de semiconductores. Por otra parte, el mercurio utilizado en sistemas más antiguos de alumbrado implica peligros medioambientales.
Al mismo tiempo que se disminuye el consumo de energía y los costos generales de operación, la iluminación por LEDs en las calles tiene el potencial, según los investigadores, de reducir la contaminación lumínica hasta el punto de que el resplandor que emana de las grandes ciudades propagándose hasta vastas distancias, será cosa del pasado. Los científicos también estudian dotar a la iluminación callejera por LEDs de medios por los cuales pueda ser controlada y disminuida cuando se considere necesario.
Gracias a su mayor longevidad, los LEDs de farolas y semáforos necesitarán ser reemplazados con menos frecuencia, lo que potencialmente disminuirá los problemas de tráfico y las facturas de las entidades públicas locales.
La longevidad del módulo de LEDs propuesto supera las 50.000 horas si se utiliza para el alumbrado callejero, aproximadamente 4 veces más que la iluminación pública convencional.
Publicado por: Karla Velasquez
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